La información que les ofrezco en esta entrada fue tomada de la versión electrónica del libro Días conmemorativos en el calendario escolar (2007).
Según algunos historiadores, el Día de San Valentín tiene relación con la vida y obra de un monje que existió en Roma. Reinaba para ese entonces el Emperador Claudius II (214-270 d.C.). Eran tiempos de persecución cristiana. El cristianismo estaba tomando gran desarrollo y las religiones paganas de los emperadores veían en este movimiento una amenaza para sus creencias. Las ideas cristianas iban haciendo mella aun entre aquéllos que profesaban ideas paganas. Entre ellos encontramos a San Valentín, quien se compadecía de los cristianos que eran perseguidos. Desobedeciendo los mandatos del Emperador, se dedicó a ayudarles y a protegerlos.
Los romanos airados por tal actitud optaron por encarcelarlo. Su bondad era de tal magnitud que se le atribuye haber curado la ceguera de la hija de su propio carcelero. Los soldados romanos dieron fin a su vida decapitándolo en la Colina Palatina (Palatine Hill). Tiempo atrás, esta colina había sido el sitial de uno de los templos dedicados a la diosa Juno que, según la mitología grecorromana, había sido la esposa de Júpiter, rey de los dioses del Olimpo.
Este suceso ocurrió en el año 270 d.C. Para conmemorar la figura de este bondadoso hombre, años más tarde nombraron una de las entradas a Roma en su honor. La misma se conoció como Porto Valentín (Puerto Valentín), pero luego se le cambió el nombre a Porto del Papolo. Los restos mortales de San Valentín se encuentran en la Iglesia Saint Praxedes en Roma (San Práxedes).
La historia y la leyenda se confunden. La realidad en boca del pueblo va adquiriendo matices de fantasía. Esto repetido de generación en generación va tomando tintes de realidad. Es por ello que existen varias versiones sobre la verdadera identidad de San Valentín.
Otra versión relacionada con este santo varón nos relata que San Valentín fue un obispo de Interamna, localizada a 60 millas de Roma. Actualmente, esta ciudad se conoce con el nombre de Terni. Cuenta la leyenda que San Valentín se dedicó a convertir al cristianismo a una familia romana. Por ello fue perseguido y luego decapitado. Los sucesos, según esta versión, ocurrieron allá para el año 273 d.C.
Una tercera versión nos sitúa a San Valentín en su jardín dando de comer a los pájaros, a las palomas y a los animales. Se distinguía por su bondad y caridad con los animales, los niños, los enfermos y los viejecitos.
El jardín del convento era muy frecuentado por San Valentín, pues se dedicaba al cultivo de flores que luego recogía para llevarlas a los enfermos. Acostumbraba enviar mensajes a sus amigos por medio de sus palomas. Se cuenta que una niña coja era una de sus más fervientes admiradoras. Ella recibía con gran amor los mensajes que San Valentín le enviaba. La niña fue su alumna en la escuela que él organizó para niños pobres. Así aprendió a rezar, a cantar y a leer.
Para aquel entonces el emperador romano perseguía a los cristianos . Fue así como San Valentín se convirtió en mártir por ser cristiano. Al ser condenado a muerte, los soldados que le querían mucho no cumplieron la orden. Lo encarcelaron en un bosque donde sufrió un sinnúmero de privaciones y calamidades. Al cambiar el gobierno a un emperador cristiano, le fue dada su libertad. Esto regocijó mucho a todos los que le conocían, en especial a la niña coja. Las privaciones sufridas en la prisión afectaron su salud y poco tiempo después murió.
Otros estiman que la fecha de su muerte fue en el año 281 d.C. Nos hemos limitado a exponer los datos según aparecen en diferentes fuentes de información.
No obstante, muchos se inclinan a creer que el verdadero origen de esta festividad se remonta a la fiesta romana conocida como Lupercalia (De Lupercus, el dios Pan). Esta fiesta la celebraban los romanos el 15 de febrero. Tenía relación con la purificación de la cosecha y su abundancia. Las festividades se celebraban en honor a la diosa Juno, quien representaba a la mujer y al matrimonio. También a Pan, el dios de la naturaleza. Los romanos habían representado a Pan como un macho cabrío, o sea, su cuerpo tenía parte humana y parte de cabro. Acostumbraba retozar por los bosques saltando alegremente a los acordes de su flauta de siete cañas. Simbolizaba el dios de la fecundidad.
Los romanos celebraban la fiesta de Lupercalia (Lupercales) para los jóvenes enamorados. Acostumbraban los jóvenes echar sus nombres en una caja y luego seleccionar uno al azar. Las parejas así escogidas intercambiaban regalos como muestra de afecto. Por lo general estos jóvenes continuaban relaciones y terminaban casándose.
El cristianismo intentó darle sentido religioso a esta festividad pagana. En el año 496 el Papa Gelasius cambió la fecha del 15 de febrero, día de las fiestas Lupercales, a febrero 14, llamándose Día de los Enamorados. Aún conserva el significado sentimental de la antigua festividad romana.
En concreto, se sabe muy poco sobre la celebración del Día de los Enamorados. John Brand, en su libro Popular Antiquities, comenta que los ingleses ya celebraban este día allá para el 1446. En los Estados Unidos se popularizó grandemente la celebración de los enamorados durante la Guerra Civil.
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